domingo, 29 de enero de 2012

BEBÉS CON VARICELA

La varicela en niños y bebés se caracteriza por fiebre y la aparición de erupciones en la piel. Es de fácil transmisión y por lo tanto, muy contagiosa. El primer síntoma más común es un brote con vesículas o ampollas en toda la piel: cuero cabelludo, genitales e incluso aparecen lesiones en la boca. En general, suele causar picores, fiebre alta, cefalea, nauseas, vómitos y pérdida de apetito. En el caso de que observe alguna lesión rara en el niño acuda inmediatamente al médico.
La mayoría de los bebés obtienen anticuerpos de su madre contra el virus de la varicela durante el embarazo, por lo cual es poco común que un niño se enferme de varicela durante su primer año de vida. Los bebés que se contagian de varicela a esa edad, suelen tener un caso leve.

La varicela causa una erupción o sarpullido en forma de granitos rojos que producen comezón. Estos granitos muy pronto se convierten en ampollas transparentes y llenas de fluido sobre una base de color rosa, y poco a poco desarrollan una costra seca encima de color café. A menudo surgen nuevas erupciones de ampollas a medida que progresa la enfermedad.
La erupción aparece primero en el cuero cabelludo, la cara o el tronco. Después puede esparcirse por todo el cuerpo. Los niños suelen tener entre 250 y 500 ampollas, aunque a algunos sólo les salen unas pocas.
Tu hijo probablemente estará cansado y tendrá un poco de fiebre. Es posible que no tenga hambre y quizás durante un par de días antes de que salga la erupción tendrá un poco de tos y mocos. La varicela suele durar entre cinco y diez días.

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